Cientos de horas de trabajo artesanal, pruebas, ajustes de última hora, patronaje, aplicaciones vintage… Desde los complicadismos bordados-joya de la coreana Seung Jin, a las delicadas flores de seda de Victorio & Lucchino, la confección de un vestido de novia es similar a la de una obra de arte: nada mejor que aproximarse y mirarlo bien de cerca para darse cuenta de la inspiración que existe detrás de cada botón de cristal, cada aplique de pedrería o cada puntada con hilo de plata. ¿Quieres repasar 'con lupa' algunos de los más exclusivos vistos sobre las pasarelas? No te pierdas la galería de imágenes
martes, 6 de julio de 2010
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