martes, 2 de marzo de 2010

Se casaron, ahorraron dinero.... y fueron felices



Además de darnos una compañía y la posibilidad de amor todas las noches sin salir de casa, el matrimonio puede representar una manera agradable de mejorar el nivel de nuestra economía.

Si no está entre tus planes inmediatos y más realizables casarte con una heredera millonaria —o, si eres mujer, con un acaudalado inversionista de Wall Street—, te convendría ir pensando en el matrimonio como una manera de ahorrar dinero.

Camino a la independencia

Y esto, no sólo gracias a que se comparten los gastos de la casa o a que el gobierno trata mejor a las parejas que hacen juntas su informe anual de ganancias e impuestos. También hay otras maneras de ahorrar de las que se benefician los matrimonios.

Si ese es ya tu estado civil, apréndelas y verás que tu camino hacia la independencia económica en el futuro se hace cada vez más cercano:

Ahorren en los empleos… Examinen los planes de beneficios que les ofrecen las compañías que los emplean a cada uno de ustedes y asegúrense de que no están pagando por beneficios duplicados, pues el seguro de salud de ella puede cubrirlo a él, y viceversa.

Lo que se ahorren aquí, úsenlo en seguros de vida adicionales, cobertura dental, tiempo extra de vacaciones, etc.

También es importante comparar los planes de ahorro 401(k) de ambos miembros para ver en cuál de los dos vale más la pena colocar más dinero cada año (sobre todo el de la compañía que coloca en la cuenta una cantidad de dinero equivalente a la que puso el empleado).

Sáquenle provecho al banco… Los matrimonios pueden escoger cualquiera de los tipos de cuentas de cheques y de ahorros que tienen los bancos, ya sea una cuenta combinada, cuentas independientes, etc. y esto los hace elegibles para pagos más bajos de mantenimiento de cuentas y ganancias más altas en los intereses que paga el banco.

Los bancos requieren que entre las dos cuentas separadas del matrimonio se mantenga un total mínimo determinado, al cual es más fácil llegar que si se toma en consideración una sola cuenta (como sucede con los solteros).

Los seguros —de salud, de invalidez, dentales, de desempleo, de vida, etc. — tienen enormes diferencias en las variaciones de pagos y sus deducibles, por lo que, después de casarte tienes que examinarlos bien para ver qué cambios necesitas hacerles ante tu nueva situación.

A lo mejor, hasta hay algunos que tienes que eliminar, ya que tu cónyuge tiene el mismo y te puede cubrir a ti en el suyo; quizás, debes aumentar la cobertura de otros, hacerles cambios de deducibles, etc.

Entre dos que se quieran… ¿Has oído eso de que “entre dos que se quieran, uno que coma basta”? Claro que no es más que una frase, pero manifiesta el hecho de que en pareja se vive más barato. Mira si no:

- Una sola suscripción a periódico o revista.

- Sólo una renta o hipoteca que pagar.

- Sólo hay que comprar ropa de cama para un lecho.

- Las compras de comida rinden más, pues a los solteros casi todo se les echa a perder en el refrigerador.

- Si se tiene un solo auto, el ahorro de combustible es evidente.

- El cable del televisor ahora llega a una sola cuenta.

- Se pueden comprar los víveres en los supermercados gigantes con paquetes de comida más económicos.

- Hay menos posibilidades de olvidarse de pagar las cuentas — ¡ahora que son dos a acordarse!

- Si uno de los dos es un gastador y el otro es demasiado ahorrativo, pueden lograr un perfecto equilibrio para que uno no acabe en la bancarrota y el otro aprenda a gastarse el dinero en las cosas que valen la pena.














Tomado de Univisión
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